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jueves, 8 de septiembre de 2016

UN HOMBRE

(Hombre) - 1967

Director: Martin Ritt
Guion: Irving Ravetch, Harriet Frank Jr.

Intérpretes:
- Paul Newman: John Russell
- Frederic March: Favor
- Richard Boone: Grimes
- Diane Celento: Jessie
- Cameron Mitchell: Braden
- Barbara Rush: Audra Favor
- Martin Balsam: Méndez

Música: David Rose

Productora: Twentieh Century Fox. Hombre Productions
País: Estados Unidos

Por: Jesús CendónNota: 8

Llevo trabajando desde los diez años limpiando escupideras a diez centavos diarios. Han pasado treinta años y sólo veo por la ventana un camino que no lleva a ninguna parte (Braden explicando a Jessie las razones por las que rechaza su proposición de matrimonio)


Película dirigida en 1967 por Martin Ritt, realizador perteneciente a la denominada generación de la televisión (Mulligan, Altman, Penn, Lumet, Frankenheimer) y víctima de la ominosa Caza de Brujas del senador McCarhy, que supuso la sexta y última colaboración con Paul Newman (en este género habían realizado juntos “Hud, el más salvaje entre mil”, un western moderno, y “Cuatro confesiones”, adaptación al salvaje Oeste de “Rashomon”).



ARGUMENTO: Un grupo de viajeros de una diligencia entre los que viaja John Russell, un blanco criado por los nativos, sufre un asalto por parte de una banda de forajidos que, tras robarles, les abandona a su suerte. A partir de ese momento el grupo deberá luchar por su supervivencia, lucha que mostrará las miserias pero también la generosidad de sus miembros y convertirá a John, muy a su pesar, en el líder natural.



Basada en una extraordinaria novela de Elmore Leonard recientemente publicada por Valdemar (colección Frontera), el filme reivindica la figura y la cultura de los nativos estadounidense frente a la sociedad creada por los emigrantes europeos caracterizada por la avaricia, el racismo, que no sólo afecta a los indios sino también a los mejicanos, y la hipocresía, y cuyo máximo exponente es el doctor Favor (magnifico Fredrich March en uno de sus últimos papeles para el cine) el corrupto agente de la reserva de San Carlos (es inevitable acordarse del personaje de Gatewood en “La Diligencia”).



La película, en la que están perfectamente ensambladas las escenas dramáticas con las de acción y cuenta con una profunda carga moral y ética gracias a los estupendos diálogos escritos por la pareja Ravetch-Frank Jr. y un tono melancólico subrayado por el adecuado tema principal compuesto por David Rose, nos presenta una galería muy rica de personajes perfectamente dibujados: el descarnadamente sincero sheriff que entiende el asalto a la diligencia como una justa recompensa a su vida de miseria (Thomas Mitchell); la racista y estirada mujer de Flavor que permanece junto a él por conveniencia; el bravucón y violento jefe de la banda encarnado por el siempre eficaz Richard Boone; la insatisfecha y provocadora joven (la película tiene una carga sexual inusual para un western); el bienintencionado pero excesivamente sumiso mejicano Méndez (Martin Balsam); la veterana y mundana para la época Jessie, encargada del hostal, que resultará a la postre el personaje más lúcido y humano a la que da vida una muy apropiada Diane Celento; y, planeando sobre todos ellos, John Russell (extraordinario Paul Newman) un blanco criado por los indios que ha decidido vivir con estos y simboliza el orgullo, la dignidad, el honor y la libertad cualidades incompatibles con la sociedad del hombre blanco que le empujará a su destrucción, aunque también se muestre demasiado duro, individualista, impasible ante el dolor humano e incapaz de sentir empatía por sus semejantes (respecto a esta cuestión cobra relevancia la escena en la que Grimes arrebata el billete a un soldado sin que John Russell haga nada, ya que es un asunto que no le concierne). Se trata de un antihéroe que sólo al final, tras conversar con Jessie y comprobar la sinceridad de sus palabras y su determinación, se comportará como un héroe clásico en un memorable final pleno de tensión.






En definitiva, un western que, encuadrado por tanto dentro de la corriente psicológica y revisionista, resulta imprescindible para comprender la evolución de este género a partir de mediados de los sesenta y durante la década siguiente.



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TRAILER:


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